Hoy, en la Sección vidas ejemplares: Uma Thurman

Thurman was born in Boston, Massachusetts. Her mother, Nena von Schlebrügge (b. 1941), was a Swedish fashion model, who was briefly married in 1964 to LSD guru Timothy Leary after the two were introduced by Salvador Dalí. She married Uma's father, Robert Thurman, in 1967.
Robert Thurman, a recognized scholar and professor at Columbia University of Indo-Tibetan Buddhist studies, was the first westerner to become a Tibetan Buddhist monk. He gave his children a Buddhist upbringing: Uma is named after an Uma Chenpo (in Tibetan; Mahamadhyamaka in Sanskrit, meaning “Great Middle Way”). She has three brothers, Ganden (b. 1971), Dechen (b. 1973) and Mipam (b. 1978), and a half-sister named Taya (b. 1960) from her father's previous marriage. She and her siblings spent extended amounts of time in Almora, India as children, and the Dalai Lama would sometimes visit their home.[1]

(Fuente: Wikipedia)

El mundo se divide en 2: los que si les decís SOFOFO y les cae la ficha al toque de dónde salió, y los que no.

Germán Saez va a hacer la foto de mi texto para el próximo número de Terrorismo Gráfico.
Un flash. No pun intended.

Güiquen jaiglaits

- El sábado almorcé con una tropa de delirantes hermosos de la cole que conforman el cuerpo y espíritu de la Telaví, una revista de humor ácido, notas y debates en torno a lo judío. Para mí sorpresa, había un ex compañero de la facu. Fue muy bueno, sobre todo por una dupla que se sentó al lado mío que podrían describirse como los hijos mellizos de woody allen pero pasados de anfetas.
- Coloqué la puta red para que los gatos no se escapen. Les chupó un huevo: salieron igual por un espacio mínimo.
- Gané $50 en los slots de Palermo.
- Me dieron ganas de pegarle a Sartre. Pero pegarle fuerte.
- A mi hermana a veces le pegaría también
- Me compré el i-pod de las licuadoras, la Philips Smoothie. Tomé el mejor licuado de banana de mi vida.
- Tuve una conversación de chat con el amigo Jack de lo más interesante. La principal conclusión es que es un marxista de peluche.
- El domingo a la noche, cerrando un finde muy lindo, me preparé un shot de Absenta, mi pipa y un rico tabaco y me fui al balcón a ver la luna, de loco que soy.
- Era hora de que la vida se empiece a parecer a esto. Que no se corte.

Leyendo el blog de urala me acordé de la primaria y de una anécdota muy ¿graciosa? ¿simpática?¿patética? En fin. Ninguno de los que estábamos en 7mo, ni los de A ni los de B, habíamos transado. Eramos boludos grandes y no sé si era porque éramos de un shule de medio pelo y la maduración nos llegaba tarde o qué, pero la cosa fue que recién en 7mo se activó este tema. La primera vez que nos cayó la ficha fue cuando Y, una chica que no era linda pero era muy copada, "casi" transa con L. "Casi" porque se lo impedimos yendo a hinchar las pelotas al piso de arriba del comedor, donde se habían ido escapándose de una fiesta/baile en el shule.
El precedente igual había quedado. Yo no era un tipo muy valiente con las minas (aún hoy soy un perfecto inútil en lo que a conquistar al género femenino respecta), pero si algo siempre tuve, fue sagacidad. Si Y estaba dispuesta a transar de onda con un amigo, como dijo, y se había frustrado un intento, era menester estar ahí con ella en el próximo asalto/baile/cumpleaños. Y, repito, no era linda. Era más bien tirando a regordeta, con unos rulos gigantes y negros, y una voz de hombre peor que la de Gaby Sabatini. Para variar, se afeitaba el bigote. En quinto grado recuerdo haberme peleado con ella y a modo de chiste, por su voz de macho, haberle dicho "mujer barbuda". El karma a veces opera con mayor fuerza y se cobra con intereses.
Llegó la oportunidad: un cumpleaños en una casa en Floresta. Charlando nos proponemos ir a una pieza para tener un poco más de intimidad. Nerviosos, diciendo estupideces (yo, claro) la luz prendida, creo, no lo recuerdo bien. Le hice la pregunta más estúpida de mi vida: "Bueno, quién pone la boca?". Un idiota. No sé qué pasó, pero finalmente comenzamos a besarnos. Not bad. No había parámetro para determinar si estábamos haciendo las cosas bien, pero lo cierto es que a partir de ese momento iba a ser el primero en haber transado. Claro, no todos podían soportarlo. Espiando en el patio por la persiana que daba a la habitación, estaban todos mis compañeritos. Uno de ellos, cuando vio que estabamos finalmente besándonos, salió corriendo al grito de "están transando" y dio toda la vuelta hasta entrar en la habitación con el objetivo de interrumpirnos. Mi primer beso habrá durado 10 segundos. Y pasó un tiempito hasta que Y y yo nos volvimos a besar, ya como primera noviecita. Pero eso es otra historia.

Cantogarraprí
(contodaslastapisqueyoquiera)

Agotado de leer blogs y entrar repetidas veces a ver si hay algún comment, gastados los portales de noticias, aburrido, bah, me pregunto qué carajos hago acá.
O sea, sí, tengo claro que hago o que no hago acá, pero bueno, podría estar haciendo tantas cosas interesantes ahí fuera. O en otros adentros.
Igual falta poco. Pero a veces la sensación de tener la misma carta otra vez de nuevo, me mata.

Espada del Augurio quiero ver más allá de lo evidente

Todo bien parece. Va a ser un año zarpado de cosas buenas.

Gualeguaychú es Marí Marí

Me faltaba pasar por la experiencia Carnaval. Estuvo muy bien. Lindo camping, buen clima, precios razonables, vasos de fernet con cola XL, minas hermosas, carrozas terrrrrribles y plumas y colores y hasta la Carrozzo desfilando con 2 patovas, uno a cada lado. La que más me gustó fue Papelitos, la primera de las que desfiló y que fue eterrrrna.
Una onda impresionante detrás de Gualeguaychú que me puso a girar la rosca sobre cómo una ciudad se puede poner TODA de acuerdo y sacar adelante un evento tan grande.
Qué otras cosas se podrían hacer si todos los "ciudadanos" nos ponemos de acuerdo?

Ah, ví a la famosa papelera del otro lado. Qué querés que te diga, la playa a la que da tampoco es que oooohhhh, como para andar haciendo de NO A LAS PAPELERAS un mantra. Todo mal con la contaminación ambiental, todo mal si encima es en nombre de un paisito vecino que no sabe cómo mierda insertarse a la economía mundial sin joder a sus vecinos, pero todo mal también con meter a un país entero en un conflicto regional e internacional.

No es fácil. Así que si no es fácil, la consigna debería ser otra menos sencilla que NO A LAS PAPELERAS. Queda muy QUE SE VAYAN TODOS y las decepciones a posteriori cuestan un huevo remarlas.

Viernes, haciendo tiempo por Plaza San Martín, me siento en un banquito ahí donde se juntan Marcelo T y Florida, con un cuartito recién comprado en Munchi´s.
Se sientan al lado mío 2 chicas que no hablaban castellano.
Afino el oído. Otra vez israelíes.
Estoy hecho un demonio hebreo.

Ayer era el cumpleaños de Thommy, mi amigo deutsche que decidió quedarse en Argentina. Quedamos en ir con Chérie y casi que le presentamos un amiga de ella pero se complicaba.
Decidí hacer tiempo hasta encontrarme con Chérie así que fui a caminar por Santa Fe con la intención de tomarme un café y leer Sartre. Me acordé que tenía los cupones de Freddo y me fijé si quedaba el de café. Mno, se lo regalé a Chérie. Pero había un vasito chico de regalo. Así que fui hasta Freddo y me encargué un frambuesa+mousse de maracujá (ese gusto es candidato de 1/2 kilo para reserva mezclable con champagne). Estoy tomando mi helado y en eso cae Juan, el pibe de la calle al que cada vez que lo veía le regalaba una herramienta para que pueda ser electricista, si es que realmente quiere ser electricista cuando termine de estudiar (tiene 16, o eso dice). Charlo muy poco, no estoy de humor para conectarme con mi costado sensible/culpógeno. SMS de Chérie, tiene para rato. En eso me concentro en 2 clientes en la cola para comprar helado, que luego se sientan al lado mío. Los escucho hablar pero la música está al taco y no estoy seguro. Al rato, confirmado.
"Me eifo atem?".
Israelíes. Para qué. 20 minutos poniendo a prueba ese hebreo que no se oxida más.
Al rato viene Chérie, que cada vez le cuesta más entender cómo pasé de ser un amargote a un casual talker de extranjeros (ok, tengo cierta tilinguez adentro y a veces no puedo con mi genio).
Nos vamos a La Cigale, saludamos a Thommy y de vuelta a casa.
La noche parecía querer compensar lo poco que dormimos la anterior. No hubo caso: los gatos no sólo abren todas las puertas, sino que además aprendieron a pasar de la ventana de la cocina a la cornisa, de la cornisa al balcón, del balcón al living y a las 3 AM a correr haciendo ruido con las uñas en el piso de madera.
Primera Ley del scouting felino: si no hay comida, no nos morimos de hambre, vamos a buscarla adonde sea.

Resulta que el amigo Jack, fiel a su amor por las ideas peligrosas, propuso una reunión de bloggers, aprovechando su visita por estos pagos. El criterio era convocar a sus commentadores más asiduos, reunirlos en un espacio (donde se pueda fumar cigarros y pipa, claro está) y trata de llevar adelante una velada sin llegar a sufrir ninguna baja. 48 mails después, lo logramos.
Vale aclarar, la convocatoria era de lo más variopinta y cabría esperar el rozamiento de alguna fibra sensible como para desatar gran quilombo gran, teniendo en cuenta los antecedentes. A la cita asistieron quien suscribe y su Chérie (que se fue al toque, sólo pasó un rato para ver a qué se dedica su amado cuando se junta con gente desconocida), el señor Jack Celliers y su compañera, Peste y señora, Severian, la alta Minerva y Milko (que me dio una importantísima lección sobre cómo cargar pipas y me convido de su tabaco) con su mujer, en representación de la gente de fé.
La soirée transcurrió en total calma en Milion, lugar que prometía, sugerido por mí. Digamos que fue caro, caluroso, mal atendido, con porciones ínfimas que defraudaron a los que habían ido a comer y con el área fumadores abierta a conflicto (Jack pudo hacer gala de su diplomacia mandando a los de la mesa de al lado a acostar al bebé por el cuál pedían que no se fume en el área fumadores especialmente reservada). Así y todo, los ánimos, lejos de caldearse, estuvieron muy bien. Humos, vinos y charlas varias, mucho humor, algo de "correr por izquierda al progre" pero bien recibido. La verdad, un lujo. Y las altas discusiones que se esperaban, calculo que quedaron agotadas en la previa que hicimos con Jack en Francisco de Miranda, repitiendo lo del año pasado pero a lo grande: 3 horas y media de debate y tabaco, con una hora documentada para tener de materia prima para el próximo episodio de Vanitas, mi podcast.
Así que a Milion sólo fue un grupo de gente que se juntó a conocerse in the flesh y dejar de lado el anonimato de blogspot por un rato, para aparecerse tal cual son: personas.
Finalmente concluyó la noche en El Cuartito, donde los que se habían quedado con hambre tuvieron su revancha y yo me pude tomar un Vasco Viejo que me dejó a punto para el largo viaje de vuelta hasta Olivos en donde, para variar, tuve un acceso de felicidad terrible.
Agradecí para mis adentros la posibilidad de estar vivo y experimentar días como el del viernes.

Otra vez la misma historia. Llego a la máquina de la punta final de la estación Olivos. Una mina tratando de meter una moneda de 10 centavos sin éxito y en eso llega el tren. Puteo un poco, paso por la baranda y corro desaforado por el andén hasta la otra punta de la estación para buscar otra máquina, esquivando gente. Al lado mío el tren avanza en velocidad freno y parece que jugamos una carrera. Cuando se detiene estoy llegando a la otra máquina. Para cuando saco boleto ya es tarde: el tren cerró las puertas. Así que me voy a buscar un asiento, sabiendo que otra vez llego tarde y cada vez me importa menos. En realidad, me importa tratar de ser coherente con mi discurso, que al no ser tampoco la perla de las coherencias, se complica. Pero no importa, ese es otro tema. Lo concreto es que mientras camino por el andén hasta el asiento, me cruzo con la inepta que me hizo perder el tren y la miro con una cara de odio terrible. El tema es que tengo anteojos de sol y la cara no se termina de entender cuando uno usa anteojos de sol.
Me siento a leer La Náusea de Sartre. Regalo más que acertado del Elfo. Yo creo que lo escribió el Elfo y no Sartre. Podría ser. Salvo por los tramos de vulnerabilidad perfecta.

Primero perdí el recuerdo de sus ojos, luego el de su largo cuerpo. Retuve lo más que pude su sonrisa, y hace tres años también la perdí.

El Elfo no se permitiría jamás algo así.

Una de las condiciones fundamentales para poder convivir fue incorporar una puerta de hierro (literalmente) que divida el sector living+cocina de la parte dormitorio+estudio+baños. El fundamento: evitar que los gatos accedan a las partes sensibles de la casa donde dejen pelos, algo que a Chérie la pone loca.
Como los gatos tienen afición por el cuero sintético y el sillón es una clara invitación a afilarse las uñas, mientras no estemos o durante la noche, los gatos se encierran en la cocina, que es bastante más amplia de la que tenían antes. La cocina da a un balcón al que a su vez se accede desde el living. Balcón que tiene una caída de 16 pisos, que evito que los gatos visiten solitos.
La primera noche me percaté de que los muy hijos de puta habían aprendido a abrir la puerta de la cocina que da al living. Yo sabía que los siameses podían desarrollar este talento, pero en 4 años jamás había visto algo así de parte de Timo (de quién sospecho principalmente).
Así que la puerta que da a la cocina se cierra con llave.
Hoy a la mañana, cuando me asomo por encima de la puerta de hierro, no me llamó la atención su presencia. Imaginé que Chérie se había encargado de abrirles la puerta para que boludeen un rato por el living antes de volver a encerrarlos para ir a laburar.

- no les cerraste la puerta con llave y salieron
- boluda, cerré con llave. no les abriste vos?
- no, te olvidaste de cerrar con llave la cocina
- te digo que no, pero puede ser

Al verificar el estado de la puerta, efectivamente estaba con llave. Los velociraptors felinos habían abierto la puerta que daba al balcón y entrado al living por la ventana abierta. Lo raro es que la puerta de la cocina al balcón estaba cerrada, pero el misterio no podía resolverse de otra forma. Los zarpados estuvieron en el balcón de la muerte solitos (demostrando que podían hacerlo sin problema ni tutela) y se mandaron al living. Lo sorprendente fue que pudiendo abrir la puerta de hierro vaivén y llegar hasta el dormitorio para dormir con nosotros (lo cual habría desencadenado la expulsión del hogar) se quedaron piolas, en el living. Sin romper nada.
People change. So do cats.

Things move so fast in this game. Recuerdo el slogan de ese comercial, pero no el producto. Seguramente zapatillas Adidas. La cosa es que ayer nos agarran a todos y nos comunican que descabezan la Agencia. O sea, el "tipo bien" que nos dirigía acumuló demasiados desastres en su haber como para que siga haciendo cagadas y lo corren a otro lugar, donde sea más inocuo.
Lo gracioso es que el rumbo de esta balsa mal remachada queda a cargo de los 3 directores en línea sucesoria, que se llevan abiertamente como el orto.
Así que en ese marco general, fui al despacho de my former chief, hoy groso del holding, y le expliqué que no podía volver a my former position porque estoy pensando en irme en breve.
Así que charlando de la vida y matándonos de risa cuereando al cadáver, charlamos la posibilidad de que no tenga que quedarme más. La semana que viene habrá novedades.

Proxima estación: Esperanza.
Ayer soñé con Ana, era como si estuviésemos saliendo de dos edificios contiguos, o algo así, y yo trataba que no me viese. Apophenicamente, hoy sale de una PC tema tras tema la banda de sonido de esa noche en la que pude romper esa coraza de histeria y robarle un beso. Su boca, recuerdo (aunque recuerdo pocas cosas de esa noche a menos que haga el esfuerzo de reconstruirla) me resultaba incómoda, pequeña, esquiva y me gustan los aviones me gustas tú. Esos besos difíciles en el medio de IMPA quizás fueron una señal de rechazo o tal vez un indicador de que todo el esfuerzo sería al pedo porque pocas veces gasté tanta pólvora en un chimango de peluche. Qué bajo que nos deja caer a veces la necesidad de experimentar poesía en carne propia...
Lo que le siguió en el tiempo luego de esa noche fueron amargos miércoles en las clases de teatro del Bululú esperando a que llegase y especular con acompañarla a la parada, desencuentros, poemas que se acumulaban, marihuana y Héroes del Silencio en la más profunda soledad y el principio de un monólogo que después tuvo 5 ó 6 meses de función todos los sábados en ese sótano hermoso en Rivadavia 1350.

Me acabo de hacer pis encima. Cuando empezaron con toda la pelotudez del tecnosexual me hacía reir las pelotas. Pero el nuevo iPhone de Apple, me provoca una terrible erección mental.

Milagro más
Milagro menos
Otra polilla
En busca de la luz

Justo ahora me hacen una propuesta para seguir flotando en la corporación? No es que pueda aceptarla pero tampoco puedo rechazarlo así sin más. Bah, whatever.

Me levanté 7.20, snooze a 7.30... si salía de casa a las 7.55 a lo mejor me tomaba el tren a las 8 y llegaba 9 menos cuarto al laburo y no quedaba tan offside con la hora de entrada de los viernes de jornada intensiva. Pero no, salí a las 8.20, porque los gatos hicieron un happening de bolsas de supermercado, y había que cambiar las piedras, Chérie dejó cabitos y carozos de cereza en la pileta (aaargh!) además la mudanza me dejó con un lag físico insoportable, y el calor húmedo me pone en slow mo. Me tomé el tren 8.30 , a la precisa hora que tenía que entrar al laburo, porque un pelotudo no pudo hacer pasar su moneda de 10 centavos justo cuando el tren llegó a la estación. Para colmo el muy sorete pudo subirse al furgón y yo me quedé viendo como el tren con las puertas cerradas se iba, escuchando Federico Aubele. Y me quedé pensando que entraría 9.15, otra vez 45 minutos tarde, no importa el día ni el horario oficial. Cosa que me llevó a pensar qué carajos me importa entrar tarde, qué carajos me importa caretear nada si al final de cuentas se pueden ir todos a la puta que los reparió porque el telegrama está en eso y los relojes y los minutos tendrán otros usos y costumbres dentro de poco.
6 minutos después, creo, llegó el tren.

Te voy a contar algo.
La agencia Santo, de la dupla Wilhelm-Anselmo, hizo hace un tiempito un comercial para Coca-Cola Light, donde pedían que levantes la mano si querías ganarte zapatillas, heladeritas o un safari a Sudáfrica. El comercial era re-simpático. Tan simpático que estaba totalmente afanado de un video clip de la banda "7 seconds of love" dirigido por el señor Joel Veitch, de la banda.
Acá pueden ver el video original.
Y acá el comercial de Coca-Cola Light.

Solamente puedo agregar algo.

CHAAAAAAAAAAANNNNNNNNNNNNTAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSS