Hasta que llegue el telegrama

Este blog funcionará hasta que llegue el telegrama de renuncia o despido...

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Friday, January 12, 2007

Otra vez la misma historia. Llego a la máquina de la punta final de la estación Olivos. Una mina tratando de meter una moneda de 10 centavos sin éxito y en eso llega el tren. Puteo un poco, paso por la baranda y corro desaforado por el andén hasta la otra punta de la estación para buscar otra máquina, esquivando gente. Al lado mío el tren avanza en velocidad freno y parece que jugamos una carrera. Cuando se detiene estoy llegando a la otra máquina. Para cuando saco boleto ya es tarde: el tren cerró las puertas. Así que me voy a buscar un asiento, sabiendo que otra vez llego tarde y cada vez me importa menos. En realidad, me importa tratar de ser coherente con mi discurso, que al no ser tampoco la perla de las coherencias, se complica. Pero no importa, ese es otro tema. Lo concreto es que mientras camino por el andén hasta el asiento, me cruzo con la inepta que me hizo perder el tren y la miro con una cara de odio terrible. El tema es que tengo anteojos de sol y la cara no se termina de entender cuando uno usa anteojos de sol.
Me siento a leer La Náusea de Sartre. Regalo más que acertado del Elfo. Yo creo que lo escribió el Elfo y no Sartre. Podría ser. Salvo por los tramos de vulnerabilidad perfecta.

Primero perdí el recuerdo de sus ojos, luego el de su largo cuerpo. Retuve lo más que pude su sonrisa, y hace tres años también la perdí.

El Elfo no se permitiría jamás algo así.

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4 Comments:

Blogger FL said...

Posibles soluciones a su problema:
1. Que hubiera una fila separada, exclusivamente para gente torpe
2. Que se contratara a personal encargado de meter las moneditas en la máquina.
3. Que en lugar de mirar a l@s inept@s con cara de odio a través de lentes oscuros, los empuje ud. abajo del tren. ¡Un@ menos! Es una solución a más largo plazo, eso sí.

6:14 AM  
Blogger Lorena Garcia said...

4. Tomarse el tren para el otro lado

7:41 PM  
Blogger mostro said...

Otra opción: Un auto propio...
Ese problema no lo sufro desde hace 6 años.

Saludos,
mostro.

7:00 AM  
Blogger Ariel- said...

Yo vivía en Olivos. Yo viví tu secuencia. Casi idéntica. Pero no viene al caso. Yo tengo una sonrisa. Que no me voy a olvidar, creo. Tampoco viene al caso.

Un abrazo,

Ariel.

8:04 AM  

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