No recuerdo si ya me referí al comercial del Banco Río donde el Gordo Mesa usa la tarjeta para cosas insólitas como rascarse la espalda o calzarse un zapato. Luego hay otro con una tarjeta muy grande que la gente la usa de paraguas, cubresol, etc., siempre diciendo "Qué grande esta tarjeta!". Sólo puedo imaginarme esos "brain stormings" trasnochados, en donde, peinando rayas con un plastiquito, uno de los creativos dejó escapar un "Qué grande esta tarjeta!".
Y luego sucedió el resto.
Y luego sucedió el resto.
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