y en el marco de los "sucesos extraños que describen mi vida", cuando decidí escribir mi segunda novela, cuyo desenlace sucedería en los países asiáticos de la ex-URSS, específicamente en Kyrgyzstán, decidí conseguirme un par de ojos locales, como cuenta Gibson que hizo con Pattern Recognition para escribir sobre Rusia sin haber puesto un pié jamás allí.
Cuando le escribí a Talgat, explicándole que mi proyecto era escribir una novela donde una revolución tiene lugar en su país y, a suma de casualidades, se desarrollaría en su hometown, primero le pareció muy loco que un argentino en el otro punto del planeta piense eso, y luego, se entusiasmó y empezó a mandarme data y webs para educarme, junto con mi propio research.
La novela la terminé y hoy es un viral e-book, porque editar es más dificil que descubrir un número primo nuevo.
Eso sí, cuando en Marzo de 2005 estalló la revolución que se cargó al presidente Akaev, le escribí al pibe jurándole que yo no tenía nada que ver.