Losestóoooooooonnnnnnn, losestónnnnnnnn, vamolosestóoooooooooonnnnnnn
Ayer, mirando sendos noticieros de los 2 canales que más facturan en publicidad y mayor rating tienen, sazonado por las reflexiones volcadas en barradeseriales y jugodeladrillo y mezclado con la charla telefónica con Duke, llegué a un par de conclusiones.

Por un lado, cada vez se nota más cuándo hay un negocio grande y los socios no se ponen de acuerdo sobre cómo repartir la torta. O sea, Grinbank, Los Stones, La AFIP, el ministerio del interior, la policía, y alguno que me olvido, tenían un negocio entre manos que rendía aproximadamente mucho (valor de entrada: imposible - cantidad de público: gente y más gente).

Es claro, la policía cobra sus servicios extra. Si no se ponen de acuerdo, mirá cómo se descontrola todo y te meto 5 mil rolingas porque con lo que nos pagás alcanza nada más que para esto.

Luego, no hace falta explicar cómo se lava plata con los grandes eventos. Guita negra entra al sistema sobredeclarando ingresos de dificil auditoría. Lavás? muy bien, pero aportá para la causa. Ah, nada más vas a aportar esto? bueno, entonces yo no sé si puedo disciplinarte a la tropa, ni darle la información necesaria para que haga un buen laburo y no te pudran el evento. Ya le mezquinaste a los federicos, conmigo no, viejo.

En el medio, traer a los Stones y su equipo, la negociación original (o no?, con quién se negociará primero para saber si rinde?). Eso sale guita. Mucha.

O sea que lo que tuvimos por ese lado fue un clásico problema de "el que come y no convida". No es nuevo. Capone dicen que no cayó por mafioso si no por no pagar impuestos.

En otro orden de cosas, un fenómeno que es la expansión de la cultura de "El Aguante" desde el fútbol hasta el rock. No podía dejar de pensar en las conclusiones de Hinchadas de Alabarces al ver a los pibes rolingas enardecidos, aguantando la calle, retrocediendo y avanzando. Claro, acá el único rival era la cana. La shutaputa. Y pensaba entonces que no importaban ni la música, ni la poesía de las letras, nada. Sólo importa el aguante. La bandera? Un trapo con la lengua roja.
El ídolo? un tipo que vino a hacer negocios, como bien lo define Jack Cellier.

Claro, si no los dejás sospechar siquiera la posibilidad de un futuro. Si les mostrás que otros, poquitos, caretas o giles, pueden garpar una fortuna para ir a ver a sus majestades satánicas y ellos que no consiguen laburo o no buscan o buscan y no consiguen o no buscan porque no consiguen, y así, digo, ¿porqué nos sorprende que en vez de querer hacer la revolución sólo se propongan hacer "el aguante"? Es en el único campo en el que pueden sentir que pueden lograr algo, que es precisamente eso, aguantar.