Hasta que llegue el telegrama

Este blog funcionará hasta que llegue el telegrama de renuncia o despido...

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Wednesday, September 06, 2006

Ayer fui a la charla que organiza quincenalmente YOK (este grupo de posjudaísmo con el que entré en contacto hace unos meses) y casualmente uno de los panelistas era Sergio Bergman.
Aproveché para hacerle la pregunta de rigor, dado que pese a que el tema de la charla era "David y Goliat. El Poder" la discusión derivó necesariamente en su rol en la marcha de Blumberg.
Yo podía entender la necesidad de ocupar un lugar público como judío en las cuestiones de “los argentinos” o de un sector con el que se pueda tener afinidad, pero le pregunté si no había un límite cuando en el palco de blumberg había sujetos execrables (cuando no el mismo blumberg, pero ese es otro tema), profesamente antisemitas, fascistas, filonazis o las 3 juntas.
Si bien estoy 100% en contra del lugar que ocupó tanto desde su perspectiva, como judío argentino defendiendo las instituciones y un reclamo civil y democrático, como de la perspectiva de la "opinión pública" de ser el "judío de blumberg", creo que el análisis que expuso de porqué hay que involucrarse con lo que el denominó la "agenda ciudadana" es bastante sólido.
Desde la variedad de argumentos que dio, incluyó algunos que no comparto enteramente como la del antisemitismo en el progretariado a partir de la falta de separación de "lo judío" de "lo israelí", sobre todo a la luz de la masacre que el gobierno a cargo del Estado Israelí viene implementando en el último tiempo, política que las instituciones judías apoyaron sin ningún tipo de cuestionamiento, cuando como argentinos tenemos que estar totalmente en contra de ese tipo de Estados. Activar como judío en los problemas argentinos, contribuye a esta separación, según Bergman, a lo que adhiero. Creo que hay un problema de no separación (y de idiotas felices que apoyan desde su intelectualidad algo que no defenderían con el cuerpo) pero no sé si podemos hablar de antisemitismo tan livianamente. Al menos yo no lo siento así.
Otro de los argumentos, giraba en torno a salir del Ghetto o a evitar conformarlo, para lo cual, integrarse y aportar desde lo judío a los problemas actuales, lo ve como algo saludable. En relación a las lacras de las que se rodeó en la marcha de blumberg, se hizo cargo lateralmente, bajo la idea de un costo que estaba dispuesto a pagar frente a la posibilidad de que se constituya un escenario fascista como el que plantean muchos antikirchneristas abiertos (entre los que evidentemente Bergman está). La idea de grupos como Quebracho sobrevolaba el fantasma paranoico de los pogroms (incluso las del gordo matón de D´Elia como fuerza de choque estaba implícita) y frente a eso, la propuesta de Bergman es romper con el entramado burocrático e inoperante de las instituciones que deberían representar la comunidad judía y salir e involucrarse con esa "agenda ciudadana" en lugar de amontonarse y esperar que "nos vengan a buscar" cuando se pudra todo, como sucedió tantas veces con los judíos en la historia de la humanidad. Yo tengo mis serias dudas sobre quiénes pueden generar con mayor entusiasmo y medios un pogrom, si Quebracho y D´Elia o la mierda de la que se rodeó en la tribuna de blumberg (lamentablemente no se lo pude preguntar) pero así y todo, la idea de empezar a cuestionar el rol de las instituciones judías y su falta de compromiso en la agenda ciudadana o, mejor dicho, como reconoció Bergman que debería ser (dejando abierta la posibilidad de que el espacio blumberg no sea el mejor y deba replantearlo), en LAS agendaS ciudadanaS, me pareció una propuesta excelente para considerar.

11 Comments:

Anonymous Anonymous said...

este bergman me cae muy bien.

11:08 AM  
Blogger Jack Celliers said...

Ahhhhh! ¿Cómo no me di cuenta? Hay peligro inminente de que D'Elia y los kirchneristas organicen un pogrom, así que el rabino va a un acto con los grupos de tareas...

¿Busca lógica delirante? ¡Vaya a la Argentina!

11:26 AM  
Blogger Niño Barroco said...

el tipo es dificil de clasificar...
al interior de la comunidad, es un agitador que no puede dejar de caerte simpático, ahora, fronteras afuera de la comunidad, me parece un delirante.
Igual, es muy valorable la postura de sentars ey hablar en lugar de polarizar la cuestión.
Y si, Jack... me pareció bastante sacada la postura desde ese punto de vista... aunque hay que empezar a relajar la idea de que detrás de blumberg lo único que hay son fachos... lamentablemente, hasta que la progresía o K no levante la agenda de seguridad, mucha gente se subirá al trencito de blumberg y sus fachos. Casualmente ahora levantaron el guante y ya en Clarín y Nación se leen los intentos de neutralizar a blumberg por la vía de hacer algo, bien demagogo, peor bueno, si el efecto es que afloje un poco la locura de la calle, viene bien.

11:38 AM  
Blogger Niño Barroco said...

Por eso dije que la propuesta de integrarse a la agenda ciudadana o las agendas ciudadanas, para evitar aislarse en un ghetto y si se pudre todo que nos vengan a buscar, me parecía un argumento interesante, además de cuestiones elementales de buen civismo, compromiso social, etc. reconocer la porción egoísta de la participación democrática es muy honesto.
No obstante, el salto mental que hay que dar para llegar a blumberg y la mierda que lo rodea, desde ese argumento, es abismal y con riesgo a caerse hasta el fondo...

11:46 AM  
Blogger Jack Celliers said...

La pregunta de Cecilia tampoco es nada boluda. Digamos - si puedo ensayar una respuesta - que como el judaísmo es una identidad cultural (nacional?) es mas o menos como que se involucre la comunidad boliviana, o musulmana o coya.

Igual, como marxista, para mi las identidades nacionales - culturales (y por supuesto las religiosas) valen, desde el punto de vista politico - cero.

Ahora volviendo al post, me encanta eso de la "agenda ciudadana" y la seguridad.

"Agenda ciudadana" suena bien de clase, uno no se imagina a un villero participando ahí, porque como sabemos, un villero no es un ciudadano.

Y como sabemos también, cuando se habla de seguridad se habla de "seguridad para una clase", no se habla de la seguridad de los pobres porque como sabemos, los pobres no son gente.

Quienes han traido la inseguridad (y quienes en realidad menos la sufren) han sido precisamente los que iniciaron el feroz proceso de reingeniería social con Martinez de Hoz primero y con Mendes despues, creando a fuerza de privatizaciones y represion una brecha social bestial, y una anomia generalizada a traves de la corrupcion mas enloquecida.

Donde estaban Blumberg y quienes lo acompañan en esos momentos? Contando los beneficios.

Pero claro, todo esto es muy "macro" no? Mejor quedarse en le discusioncita de si K o Blumberg o D'Elia. La tapa de los diarios. Cero análisis.

Por otro lado también te comento: Buenos Aires, para lo que ha tenido que sufrir, es una ciudad donde los niveles de seguridad son admirablemente buenos. Ahora, es claro que no podés pretender que el estado confisque la propiedad privada de las personas, que desde el poder se haya dicho que "nadie hace plata trabajando" y que el poder adquisitivo haya caido en picada... y suponer que todo se arregla con policias en la calle. Es un análisis mas bien ratonil, miope. Es necesario levantar un poco la cabeza, a ver si nos dejan.

12:41 AM  
Blogger Niño Barroco said...

Cecilia:
En relación al aporte de las identidades, realmente no tengo respuesta. Sólo puedo decir que desde lo judío, al menos en lo que a mí respecta, que empecé a reconciliarme con mi pedacito de identidad judía (no sé si siendo ateo militante, pero con una idea de dios un poco más mística y por fuera de los asuntos políticos), claramente no es religioso el aporte que pretendo, como mucho cultural.

De todas formas, desde el aporte en sí, no se trata de llevar elementos judíos a la discusión de las distintas agendas ciudadanas lo que creo que plantea el rabino.
Cuando este tipo plantea involucrarse, lo hace desde la crítica a la actitud de muchos judíos que se cierran en el ghetto y circunscriben su compromiso cívico al templo, a la AMIA o a la DAIA.

En términos de adhesiones, después, podemos discutir si por cuestiones de practicidad, es saludable que una institución representativa de un número interesante de gente, con una identidad compartida (eso que los agrupa), pueda adherir en representación de esa comunidad de intereses o identidades, ya sea de hinchas de boca o judíos, a distintos temas. Calculo que la relevancia de esa adhesión tendrá relación directa con el involucramiento político de la institución (o su poder de lobby) y un mínimo de sentido en la adhesión propuesta, además del prestigio que siempre está en juego en estas cosas (junto con otras miserias). En este sentido, todo es discutible. Desde una institución judía repudiando el avance del poder ejecutivo (en adhesión a alguna ONG que lo impulsa) hasta, no sé, la asociación de morochos que quieren ser rubios y pretenden que el Estado les garantice el acceso a la tintura.

Hay un tema previo a relajar que es que lo judío es estrictamente religioso. Yo empecé a revisar un poco qué carajo soy si me deshice de todos los rituales, pero me queda una cantidad de cultura judía de la que no puedo deshacerme y la que, por otra parte, tiene su encanto. La joda es que, es cierto, no todos pueden vivir sus identidades tan pacíficamente, de hecho, muchos la viven con pasión y otros muchos pretenden imponer sus creencias al resto. Ahí es donde podemos plantearnos, sobre la base de un Estado, qué sentido tiene la participación de sectores religiosos en la educación sexual, para el caso.

6:21 AM  
Blogger Niño Barroco said...

Sobre lo de Jack, parte de qué tiene para dar lo judío en lo político en tanto identidad, estoy de acuerdo, es una identidad nula.
Ahora, en relación a lo que planteaba sobre la articulación ciudadana, una asociación civil que nuclea una identidad, como por ejemplo judíos argentinos o hijos de inmigrantes bolivianos, pueden tranquilamente activar políticamente hasta donde el límite de su flexibilidad institucional (interna y externa) se lo permita.
Como marxista, entiendo que no validarías ninguna otra actividad política que no sea la de la clase trabajadora, con lo cual, debería cerrar el comment acá.
No obstante, así y todo coincidiendo íntegramente con el diagnóstico que planteás, el involucramiento de distintas agrupaciones civiles en la "agenda ciudadana" no lo veo como algo malo.
Después de todo, "lo argentino" al final del día es tan ficticio como "lo judío", y lo único que queda al final del día es una sociedad de clases.
Entonces, si aceptamos el juego de la ficción de identidades como para matar el tiempo o como para que no se nos haga asfixiante el lugar que nos tocó en la sociedad de clases, o incluso para contrarrestar aunque más no sea los efectos más nocivos, deberíamos por lo menos plantear las reglas de ese juego. Yo por ejemplo creo que una regla es que la actividad sexual de los individuos no debería estar regulada o influenciada por la identidad religiosa de nadie y deben vivirlo en libertad. Y eso entra en conflicto con otras identidades.
Al mismo tiempo creo que hay que ser solidario, elemento común a unas cunatas identidades.

Uno lee la propuesta de blumberg y se queda perplejo. Porque es imposible estar totalmente en contra de lo que propone. Yo no puedo aceptar que intente disminuir la edad de imputabilidad bajo ningún concepto, incluso si un pibe de 16 me caga la vida de alguna manera (tendría que ver si puedo sostenerlo si realmente sucede, pero espero que sí).
Ahora, estos soretes que se subieron a la transformación más salvaje que uno pueda imaginarse de la sociedad argentina, tienen un petitorio que clama, además de la baja del límite de imputabilidad, la urbanización de las villas miseria. Podemos discutir qué tipo de urbanización quieren ellos y cuáles nosotros, pero de ahí a estar en contra de la urbanización de las villas, por el hecho de que venga de "los ciudadanos", me parece caer en ese lugar permanente de superioridad intelectual e inferioridad operativa.
Me extraña que un tipo que apoya críticamente a Hezbollah no considere la posibilidad de apoyar críticamente a "la agenda ciudadana"...

6:55 AM  
Blogger Niño Barroco said...

Cecil, antes que nada, lo menos que puedo hacer es agradecer el tono de tus respuestas. Debatir con Jack es agotador porque por cada crítica te baja una chicana y te dan ganas de terminar la discusión mordiendo en la yugular antes que capitulando. Igual con el tiempo uno aprende a quererlo y todo.

Luego, sobre lo que planteás acerca del valor político en sí de las identidades, en tanto ficciones, creo que todas son válidas (y nulas) a la hora de empujar una causa política, a partir del momento que en términos simbólicos (que en definitiva es lo que se disputa una identidad, capital simbólico), todos tratamos por lo menos que nos dejen ser como queremos ser, por un lado, mientras que otros quieren que los demás sean como ellos son o que directamente no existan, por el otro. Desde los evangelistas hasta los hinchas de Boca, tenés una biblioteca borgeana de casos.

El problema es cuando el conflicto de las identidades se mete en el plano de lo material (lo territorial, el capital o el valor agregado). Ahí, coincido parcialmente con Jack, no hay identidad que pueda reclamar nada y es una guerra abierta entre oprimidos y opresores o un fenómeno estrictamente biológico (todavía no pudimos ponernos de acuerdo).
Mi duda, en apoyo a tu crítica, es si la categoría proletariado industrial tiene la suficiente vigencia como para apalancar transformaciones (pequeñas o grandes) y, en el caso de ser insuficientes, en el interín y ya que estamos vivos, usar las identidades que tenemos a mano, los altos valores que tienen, para pelear desde ese plano, por ese lugar común tan gastado que llamamos "un mundo mejor".

11:19 AM  
Blogger Jack Celliers said...

Bien, lo que ocurre con el Niño Rococó es que tenemos un problemita de definiciones. El llama "chicana" a todo razonamiento, demostrarle con hechos que está equivocado es una "chicana". Así se hace difícil discutir.

Las identidades culturales (raciales, tribales, religiosas, etc), mis muy estimados, juegan un rol nefasto en la política porque tienden a crear comunidad de intereses artificiales.

Si cualquiera entiende que no tiene sentido ninguna lucha racial, religiosa o cultural ¿qué sentido pol1ítico real tiene? ¿Alguien sabe qué cosa es una "política judía"? ¿Qué ha cambiado desde que Condolezza Rice es ministra?

Cecilia menciona un caso muy interesante, el de Bolivia. Y parece alegrarse que la cosa se entienda desde el punto de vista "racial", cosa realmente sorprendente.

Lo que hace Evo Morales es precisamente poner en marcha el "aporte" de la cultura: un excelente apoyo psicológico para que nada cambie. Eso sí: se vestirán ropas tradicionales, se volverá al calendario del Tahuantinsuyu, se hablará aymará... eso sí: el petróleo seguirá en manos de las multi, junto al estaño, y en Santa Cruz vivirán las clases acomodadas, pero bueno che, qué marxista de porquería...

Como ya puse en un post, la religión y la cultura se usan cuando hay algo que ocultar. Los nazis también lo hicieron: para cubrir la espantosa verdad de que la pequeña burguesía estaba aplastada, la obsequió con el estúpido consuelo de pertenecer a una raza superior. Claro que llevó adelante otra política, pero en ese sentido es igual: ocultar lo principal en favor de lo accesorio, al fin y al cabo la raza y cultura germanas no son peores (ni mejores) que la judía, la aymará o la japonesa.

Salut!

1:51 AM  
Blogger Niño Barroco said...

No, Jack, chicanas son las mojadas de oreja...
El análisis y la crítica que hacés jamás lo encuadré en ese marco...

De hecho, chicana es precisamente como empezás el comment...

Lo que vos llamás interés artificial, es así, siempre y cuando nos atengamos estrictamente a las cuestiones materiales dirimidas desde las identidades.
Decidir cómo repartir el ingreso o la tierra o incluso el tiempo de trabajo, es claro, no tiene nada de judío, ni de negro, ni de hindú ni de boliviano. Puede haber algún aporte desde las tradiciones sociales de cada una, pero no alcanza para hacer política (y muchas veces embarra la cancha). La base de esas cuestiones (tiempo, tierra, ingreso) es materialista y por ende, marxista.
Ahora, hay todo un plano de la existencia humana, regulado desde lo simbólico, en donde las identidades se disputan el control de eso que no es tiempo de trabajo, ingreso ni tierra (que luego SI puede ser usado para ello, coincido). Pero, eso no invalida que puedan existir organizaciones que agrupen identidades, cuyos valores estén en línea con la posibilidad de una vida mejor. Concretamente, uno puede estar en contra abiertamente de la iglesia católica y de sus métodos clientelistas y extorsivos, su lobby y su tráfico de influencias. Pero hay que tener unos huevos gigantes para proponer, ponele, sabotear la colecta anual de Cáritas.

6:45 AM  
Blogger Arte y Sport said...

Ya veo de qué me hablabas cuando me recomendabas a Jack como un marxista inteligente. No tengo ganas de pelearme con nadie, por ahí es un flaco con la mejor onda, pero no creo que vaya a ser posible esa discusión. Yo estoy más en tu etapa de tratar de entender a Blumberg y sus propuestas sin tanto prejuicio y de despreciar a los matoncitos tipo K y D´Elia. ¿La lucha de clases? Me la paso por las bolas.

Como ex progre-zurdito de la facultad de Puán ya gasté lo suficiente esa pose de escandalizado moral tipo Carrió (aunque sin crucifijo). No sirve de nada. Ya voté a radicales, peronistas, frepasistas, a Chacho Álvarez, a De la Rúa, a Zamora, a Ibarra y a Kirchner. Salí a la calle el 19 de diciembre, para sentirme un héroe cuando tiraron los primeros gases y salí cagando. Claro, los dólares ya los había sacado del banco, qué banana. Hasta me di el lujo de ir un par de veces a una asamblea barrial. En suma, me mandé todas las cagadas habidas y por haber. Cuando tuve la oportunidad, no dudé en cometer lo que técnicamente se llama "cohecho", y me cagaron. ¿Tengo derecho yo a quejarme de los que rodean a Blumberg por sus dudosos antecedentes, o a lo que ahora se llama "los noventistas"? Para nada, y el resto del progresismo tampoco, no deben tener una historia personal muy diferente a la mía. Basta de asumir la posición de carmelitas descalzas a punto de ser violadas. Si quieren saber más acerca de lo inútil del progresismo y la izquierda argentinas, lean a Sebreli, a Abraham o a Rozitchner (el que sirve, no el otro), lo van a explicar mejor que yo. Además, queda bien con la diversidad, uno puto, los otros dos judíos, uno rumano, para mejor. Hasta se puede leer tranquilamente al Turco Asís, autor en 1999 de la profética y muy sabia frase "la Alianza es una alucinación de la clase media".

¿Sirve de algo cuestionarse quién rodea a Blumberg? Cada vez me inclino más a pensar que no. Tomemos el caso de Bragagnolo, por ejemplo. Lo veo en la tele, leo la nota de Noticias, y el tipo me parece razonable. No pide mano dura, pide mejorar los procedimientos policiales. Aunque yo tampoco coincido con la baja en la edad de imputabilidad. Como decís vos, ninguna otra de las propuestas del grupo de Blumberg es descabellada, si después discutimos los detalles. Pero claro, leo un artículo de Susana Viau en Clarín/12, y ahí está escrachado Bragagnolo, que -como no podía ser de otra manera- resultó ser un conspicuo miembro de la patria financiera, amigo de Massera, asesor de vaciadores de bancos y no sé cuántas cosas más. Disculpen, pero no puede ser que siempre sea así, a Clarín/12 no le creo más. Siempre que aparece uno que no comulga con la liturgia progre, se lo prende fuego por procesista. Qué casualidad. Y aún si fuera cierto, por todo lo anteriormente mencionado acerca de mi propia actuación cívica, de nuevo, ¿tengo derecho a tirar la primera piedra? ¿Lo tiene Viau? ¿Lo tiene -por ejemplo- el comisario del pueblo Granovsky, antes re-progre en C/12, ahora capo de Telam K, vendedor del pescado podrido oficial? Basta de caretaje zurdito, por favor.

Entonces el problema pasa por otro lado. No me rompan más las bolas con el proceso y los ´70. O con Menem y los ´90. Otra vez, lean a Sebreli acerca de los hoy tan execrados años menemistas. Hay que entender de una puta vez que esa postura intelectual de que "todo es política" o que "el poder is inmoral" es falso. El poder y el gobierno son -deberían ser- antes que nada, gestión. Suena muy PRO, pero es así. No le quiero dejar el discurso eficientista a Macri, a quien detesto. Entonces, que lo asuma de una puta vez el progresismo, la centroizquierda o la centroderecha no represiva, y ahí puede ser que se avance un poco. En el tema de la seguridad, o en cualquier otro.

Saludos.

5:44 PM  

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