En aparente contradicción con el post previo, estoy a favor de la Memoria Completa.
No porque crea que hay una memoria hemipléjica como la llama la tribuna del Doctor Grondona.
Tampoco porque crea que justamente estos hijos y familiares de canas y milicos reventados por el ERP y Montoneros completen la memoria de un carajo.
Creo que el proceso de memoria viene por un lado, recordando las víctimas del terrorismo de Estado perpetrado desde el golpe del 76 (y antes aún), financiado por los empresarios y bendecido por buena parte de la iglesia. Así sean 1 ó 30 mil desaparecidos, hay que recordar lo que pasa cuando los ciudadanos se corren del libreto civilizatorio de las instituciones y validan con la pasividad (o el apoyo manifiesto) el uso de las armas para "reorganizar" un país. Bien sabemos que lo que se buscó fue aniquilar el activismo político, mediante técnicas de terror (o decime, vos, si no te da miedito aún hoy día que ese lugar dónde volcás tus opiniones más comprometidas, no esté infiltrado?)
El siguiente paso es recordar que el método de la lucha armada para conseguir una sociedad mejor es de dudosa efectividad, sobre todo si luchás contra sujetos mejor armados y entrenados, financiados por un ESTADO. Incluso cometiendo el error de pasar por alto qué clase de sujeto te convertís al matar por un ideal, más aún, mirando críticamente el heroísmo de estar dispuesto a morir por algo tan extraño como una idea, nos damos cuenta de que la tarea de construir una sociedad mejor mediante el uso de la violencia encierra su cuota de incertidumbre frente al éxito moral. Al menos de la pulcritud moral en términos de respeto a los individuos de esos "nuevos hombres" que se acaban de cargar a unos cuantos por un ideal. Porque para ser gobernados por fascistas con buenas intenciones, nos quedamos donde estábamos (ojo, al menos yo).
Finalmente, habiendo recuperado la memoria de lo que hicieron los milicos hijos de putas y recordando que esos jóvenes que luchaban por un mundo mejor reventaron a unos cuantos "enemigos de la causa", nos falta entender porqué peleaban. Cuál era el botín. Qué misterio insondable esconden los 3.7 millones de km cuadrados por los que valía la pena matar o defender matando, espiar, torturar, atentar.
Cuando recordemos quiénes tenían mucho que perder. Porque la vida la podés jugar cuando no tenés nada más. O sea que se estaban jugando por tener algo. Y creo que casualmente se llama riqueza, control de los medios de producción, lo que es lo mismo, potestad sobre el tiempo de trabajo, una mejor calidad de vida, en fin, un destino distinto. Una vida por otra. Y entonces tiene mucho sentido que a los milicos los hayan usado como forros, para que defiendan la propiedad privada en ese momento, y por las dudas, por los próximos años, liquidando una generación de dirigentes combativos, gremialistas, docentes, formadores de opinión, etc.
Claro, más adelante los dueños del tema se dieron cuenta que había métodos menos sangrientos de hacer las cosas y encima, generar clima de negocios. La corrupción, puede ser sucia y amoral, pero no deja cadáveres por todas partes. Bueno, eso también fue relativo, porque después de 10 años de corrupción grotesca montada en un modelo económico sociópata, también, al que usaron como forro, le soltaron la mano y lo dejaron balbuceando glorias de un mitómano que necesita que le cambien el pañal geriátrico. Así que sería bueno recordar que esos jóvenes idealistas mataron como primer paso para luego poder recordar estas cosas también, porque entonces si, la memoria se hace completa. Y después viene el trabajo más duro, que es preguntarnos qué hacemos con toda esa memoria. Pero eso es otro tema.