Guess who´s back?
Bueh, no hubo caso, no pude escribir nada en Madryn...pasó de todo, fue un viaje muy intenso y lleno de vivencias. Podría escribir el mejor libro de autoayuda o un libro de una profundidad filosófica articulado en modo journal. Pero no. Voy a poner oraciones cortitas y tratar de resaltar algo en ese mar de luz que fue este viaje.

- Releer el Lobo Estepario en un viaje de 17 horas es una buena forma de pasar el tiempo
- Parar en hostels argentinos es la mejor forma de sentir que uno está viajando por el mundo por poca plata
- Mi capacidad de socialización con extranjeros en un hostel es altísima
- Bucear es lo más
- Incluso si la dive master te pierde la cámara de una luca en el fondo del mar
- Por sacar fotos, normalmente nos perdemos la magia del momento
- Perder la cámara me ayudó a entender eso
- Hablar en Inglés, Hebreo y Francés y saber que soy un tipo de mundo
- Fumar con un madrileño y cerrar el círculo de la ironía, luego de ver una gaviota muerta semi enterrada en la arena, pensando que yo me preocupo por la cámara y puedo terminar igual que la gaviota, o peor, contagiándome gripe aviar.
- Rezarle a Ganesha frente al mar y que el círculo de la ironía se vuelva a abrir, cuando siento el flash de una cámara: una chica me saca fotos mientras leo mi oración
- Emborracharme y jugar a las cartas en inglés
- Cocinar asado con otro porteño para 14 extranjeros y pedir un "clap your hands"
- Madryn es como punta del este, pero con mucho viento y la posibilidad de ver ballenas y otros animales en la temporada correcta.
- Los paisajes y la fauna y los diálogos con gente de cualquier parte del globo y las historias de los guías y todo eso, ocupan lugar en algún lugar del YO. Cuando te exponés a altas dosis de VIDA, sentís que el cuerpo te queda chico
- Fumar mi último porro y pasarme todo el cuelgue hablando en inglés, fue una forma rara de decir adiós a ese dulce veneno
- Poder caminar por la playa con una chica y hablar de la vida, y no dejarme provocar por el mandato biológico, comportarme como algo más que un cacho de carne y hormonas, para ser dos almas hablando de sus historias
- Ir a despedir amigos a la terminal, intercambiar promesas de "see you in Buenos Aires" o "cuando andes por mi país, me avisas".
- Pelear por una compensación por mi cámara, con los argumentos más filosos, y lograr algo a cambio, me hacen sentir que crecí y trabajé sobre ese aspecto débil de mi personalidad.
- Sentir que estoy en mi versión de L´Auberge Espagnole, pero sin Erasmus
- Recibir elogios por lo gracioso que puedo resultar bromeando en inglés
- Sentir que el proyecto tarde o temprano será realidad y que estoy a la altura en mente, cuerpo y alma para ello.
- Estar cada vez más convencido de caminar junto a Chèrie
- Hacerme una amiga del país más odiado del mundo, un ser maravilloso, y hablar de la muerte de mi viejo, la vida y todo lo demás y recibir el título de "coolest guy i´ve met in Buenos Aires"
- Que vaya a despedirme a la estación y llorar de felicidad por haber vivido este viaje tan maravilloso en una semana