Mientras el Elfo y Amiga comparten cerveza y se matan a besos, aprovecho para relatar los fantásticos sucesos de estos últimos días. El domingo salimos temprano para el Parque Iguazu. Ya lo hábía visitado un par de años atrás pero siempre se aprovecha, sobre todo con un dia que empezó nublado y terminó con un sol asesino y nada de protección solar. El paseo arrancó con lo primero que ofrece el parque, el sendero Macuco. Así que me tomé mi bicho (cortesía de Joseph) y a caminar con mucha agua a mano. Primero nada, luego ganas de orinar y retorcijones, luego una armonía y una conexión con la naturaleza en estado puro que ni te cuento. Pequeñas explosiones de felicidad me dibujaban una sonrisa permanente. Había hormigas del tamaño de cucarachas (en cuanto pueda subo las fotos). El momento lo coronó por supuesto, la línea de llegada. Si el agua viene bien en esos momentos, yo había desembocado en una laguna CON CASCADA Y TODO...si, algo que no sabia que existía porque en aquella otra oportunidad deje ese recorrido por la mitad, ansioso por conocer la garganta del diablo. Así que fui tremendamente feliz al cubo. Al agua en boxer (los nubarrones de la mañana sugirieron dejarlos junto con el protector solar) y a sentarse abajo de una caída de agua violenta que pegaba con todo pero era una sensación única. Total, 3 km de ida y otros 3 de vuelta. Seguí el resto del recorrido, mandibuleando a full. Compré unos pico dulces, y nos tomamos los trencitos hasta garganta del diablo. Esto no tiene sentido describirlo, vayan a ver una semiplena prueba de la existencia de dios, Ganesha o lo que sea. En el camino de vuelta logramos entrar en contacto con unos coatíes y todo.
Y hoy vengo de un días para los que no estoy hecho: deporte extremo (ok, para mí cualquier deporte es extremo). Full day al lado brasilero. 9 km de bicicleta, terminar con barro hasta en el orto y con la lengua afuera, corriendo peligro de muerte mas de una vez. Luego trekking, barquito loco, kayak, nadar, mas trekking, más barquito catamarán que saltaba y se acercaba a las caídas para empapar a los pasajeros. Y como cereza el ansiado rafting. Muy divertido, sobre todo la parte en la que se termina el bote y al agua, a dejar que te lleve la corriente unos cuantos kms por el río Iguazu. Este lugar es muy, pero muy divertidorecomendablezarpadodelogrossobaratoyencimaargentino. Me despido por ahora.