Escuchando FM Metro, me topo con un aviso de las zapatillas Converse sobre un jovencito ABC1 que habla con su mucama con tonadita paraguaya. El comercial (propaganda, para mí, que no creo en esas diferencias pseudoacadémicas que les insertan en el chip a los estudiantes de publicidad con los que suelo comulgar en este laburo) se resuelve con el machito apurando a la mucama para ir al cuartito a hacer lo que les gusta ya que no está la madre, o sea, garchar.
A los chicos Converse, marca del emporio Nike, no les alcanza con no saber que sus lonas están cosidas en algún taller que hace sudar durante 20 horas por día por dos pesos asiáticos a unos cuantos humanos de rasgos orientales, muchas veces niños. No les es suficiente hacerse los idiotas con lo que representa una estrella de cinco puntas en un ícono del consumo.
Parece que necesitan, además, que se reflote el viejo esquemita del patroncito que se monta a la chinita para sentirse cools y originales.
Como me gustaría tener guita para poder fabricar algo parecido a esto: http://www.blackspotsneaker.org/