Almuerzo de hombres, compañeros de laburo, intercambio de anécdotas sexuales (en mi caso, es más escuchar que intercmabiar, confieso ser un poco reservaod, intimista, más que nada).
Sacurdime de la risa a pura carcajada hasta que el bolo de entraña y papas fritas se desconcierte y no sepa por donde agarrar, por más que la coca le deje el caminito todo lubricado. Tipos como Pupi logran revertir el efecto de una semana de mierda en el humor con una facilidad...
Pienso que si no hubiese sido por este laburo del que tanto me quejo, estos momentos que rankean con el milagro (es tan difícil reirse a carcajadas y es tan vital al mismo tiempo), a lo mejor no se darían. Voy a tratar de quejarme un poco menos y ser un poco más paciente...después de todo...esto es vida en su enfoque amplio...y como enseña Ganesha, hay que trascender la dualidad bueno-malo, mierda-copado, por más que suene a lima new-age o a delirio moriacasaniano cuando uno trata de transmitirlo.