Volviendo de la conferencia, un simil ejecutivo en su autito pegó una frenada que no se puso contra un taxi en el corte del semáforo porque el random es así, misterioso. Eso sí, llamó la atención. Imbéciles, si quieren llamar la atención del consumidor hagan eso, frenen bruscamente. No ven que todos nos dimos vuelta a ver al subnormal que casi causa un accidente de tránsito? No se dan cuenta que hasta hubo un vendedor de cuadernos que le gritaba "gil, mirá como te mira todo el mundo" por si alguno no se había enterado de lo que había pasado?
Y como cereza del postre surrealista, la loca del Cervantes, sentada en su ranchito improvisado con vista a la avenida Córdoba, leía muy tranquila un Ambito Financiero de vaya a saber qué día.
Quién sabe, a lo mejor tiene acciones o bonos...